La Magia de la Isla.
Mañana se cumplen 5 días de trabajo en la Isla de Chiloé. He tenido jornadas agotadoras. No me ha resultado nada fácil reunir a las autoridades y funcionarios de los 10 municipios de la Isla, para presentarles nuestra idea de desarrollo de una “Comunidad Digital de Chiloé”. La geografía del lugar, las problemáticas de cada municipio, los “ritmos distintos” a los de Santiago, muchas razones. Al final, de los 10 alcaldes llegaron 5, la gobernadora por fuerza mayor no pudo estar, y no contamos con presencia de funcionarios de 2 municipios, por otras razones también justificadas. Pienso que fue, de todas formas, una buena convocatoria. 26 personas firmaron la lista, de 35 esperados. Hay buen trabajo por hacer, interesante, y entretenido. Todo un desafío.
Fuera del trabajo, y a pesar de que hay chilotes que me cuentan que la isla es como “pueblo chico, infierno grande”, donde todo se sabe, perdiendo de alguna manera “intimidad”, a mi me cautiva no solo el lugar sino las personas. Buenas personas (las que me ha tocado conocer, y quienes he observado “casualmente”).
Acá, los choferes de micro no andan estresados, desahogándose con la gente que trasladan. Son amables, saludan a la gente, ayudan a las personas ante la dificultad de subir o bajar. En una de ellas, perdí mi celular. AL otro día, del terminal de buses me avisan al hotel (yo había preguntado y dejado mis datos), para decirme que allí estaba. Yo creo que esas cosas se cuentan sólo en lugares donde aún las personas son lo importante. Todos mis deseos para que ningún tipo de desarrollo, ni siquiera el emprendimiento en que estamos, cambie ello. Es un tesoro, como el paisaje mismo.
Hablando del clima. Pese ha haber pasado muchos veranos acá (cautivado desde la primera vez que vine), me había olvidado que en un día pueden pasarte por encima las cuatro estaciones del año, y a veces más de una vez. Surgen arco iris permanentemente. Compré un paraguas, y dejó de servirme a la salida del local. La lluvia “de costado” y el viento, terminaban por hacer que el artefacto ese fuera más un estorbo que una ayuda. Hay que aprender a mojarse no mas. Como buen Chilote.
En todas partes, la gente saluda, incluso al cruzarte en la calle con cualquier persona. Te atienden cariñosamente donde vas. Te ayudan.
Mañana se cumplen 5 días de trabajo en la Isla de Chiloé. He tenido jornadas agotadoras. No me ha resultado nada fácil reunir a las autoridades y funcionarios de los 10 municipios de la Isla, para presentarles nuestra idea de desarrollo de una “Comunidad Digital de Chiloé”. La geografía del lugar, las problemáticas de cada municipio, los “ritmos distintos” a los de Santiago, muchas razones. Al final, de los 10 alcaldes llegaron 5, la gobernadora por fuerza mayor no pudo estar, y no contamos con presencia de funcionarios de 2 municipios, por otras razones también justificadas. Pienso que fue, de todas formas, una buena convocatoria. 26 personas firmaron la lista, de 35 esperados. Hay buen trabajo por hacer, interesante, y entretenido. Todo un desafío.
Fuera del trabajo, y a pesar de que hay chilotes que me cuentan que la isla es como “pueblo chico, infierno grande”, donde todo se sabe, perdiendo de alguna manera “intimidad”, a mi me cautiva no solo el lugar sino las personas. Buenas personas (las que me ha tocado conocer, y quienes he observado “casualmente”).
Acá, los choferes de micro no andan estresados, desahogándose con la gente que trasladan. Son amables, saludan a la gente, ayudan a las personas ante la dificultad de subir o bajar. En una de ellas, perdí mi celular. AL otro día, del terminal de buses me avisan al hotel (yo había preguntado y dejado mis datos), para decirme que allí estaba. Yo creo que esas cosas se cuentan sólo en lugares donde aún las personas son lo importante. Todos mis deseos para que ningún tipo de desarrollo, ni siquiera el emprendimiento en que estamos, cambie ello. Es un tesoro, como el paisaje mismo.
Hablando del clima. Pese ha haber pasado muchos veranos acá (cautivado desde la primera vez que vine), me había olvidado que en un día pueden pasarte por encima las cuatro estaciones del año, y a veces más de una vez. Surgen arco iris permanentemente. Compré un paraguas, y dejó de servirme a la salida del local. La lluvia “de costado” y el viento, terminaban por hacer que el artefacto ese fuera más un estorbo que una ayuda. Hay que aprender a mojarse no mas. Como buen Chilote.
En todas partes, la gente saluda, incluso al cruzarte en la calle con cualquier persona. Te atienden cariñosamente donde vas. Te ayudan.
Y te encuentras con sorpresas agradables. voy cerrando mi primer paso de este proyecto, con la asistencia a escuchar "EN VIVO", con "entrada liberada" a uno de los mejores (si no el mejor) guitarristas de Jazz del país: Emilio García (y su "caperuso" grupo), en el Centro Cultural de Castro. "Broche de oro".
EL olor a leña por todos lados saliendo de las estufas y cocinas, aporta algo especial a esta ambientación. No hay nada que hacer. Con todos sus defectos, (como todos los tenemos), Chiloé es mágico. En alma y cuerpo.
EL olor a leña por todos lados saliendo de las estufas y cocinas, aporta algo especial a esta ambientación. No hay nada que hacer. Con todos sus defectos, (como todos los tenemos), Chiloé es mágico. En alma y cuerpo.
2 comentarios:
Hola José Miguel, que lamentable lo de la convocatoria, pero una de las cosas que he aprendido durante la permanecia en Chiloé, es a armarme de paciencia.
Eso de Chiloé Digital, es como iluminar la isla?, como el proyecto de Puerto Montt que no ha funcionado?, me parece bastante interesante si de eso se trata, pero espero que, como muchas cosas en este Chile, no queden a medias ni se diluyan en promesas. Chiloé de eso ya tuvo bastante.
Que bueno que disfrutes de la isla, sus paisajes y su gente. Acá todavía se puede vivir tranquilo y con gente honesta y sencilla.
REspecto al concierto de jazz, fue excelente, y para este jueves a las 18:30 hay un concierto del coro del teatro municipal de Santiago en la iglesia San Francisco (frente a la plaza), imperdible, también gratis.
Enjoy Chiloé
En simples palabras diría que "La modernidad" no ha llegado allá. Y por lo menos para mi gusto, las ciudades con olor a - como le llaman de más al norte - tercer mundo y a tierra mojada, vienen a llenar un espacio, que pocos lugares en el mundo tienen. Espero que tu proyecto no ponga en jaque esa situación, sino, aunque ahora soy de tu bando, me vas a tener en unos meses más con un cartel al frente de tu casa, alegando por haberle quitado el terreno a los chilotes, tal como ya lo hicieron con los mapuches.
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